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Análisis a partir de los casos de varias empresas de Guatemala
Rédigé par : Pierre Merlet, con el apoyo de UT’Z CHE’ e ACOFOP
Date de rédaction :
Organismes : Association pour contribuer à l’Amélioration de la Gouvernance de la Terre, de l’Eau et des Ressources naturelles (AGTER), Asociación de forestería comunitaria de Guatemala (Ut’z Che’), Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP)
Type de document : Étude / travail de recherche
De la gestión comunitaria de los bosques a la creación de empresas comunitarias
La gestión de los bosques implica la construcción de normas y reglas formales y informales que se definen tanto a nivel local como a nivel nacional. Como resultado de dicha gestión, las comunidades tienen acceso a recursos maderables y no maderables que pueden posteriormente comercializar en el mercado (Ver fichas G-ec5 Estudio del caso de la Cooperativa Integral de Comercialización Carmelita, Departamento de Petén, Guatemala y G-ec4 Estudio del caso de la Sociedad Civil para el Desarrollo Árbol Verde, Departamento de Petén, Guatemala).
La inserción de las comunidades en el mercado se acompaña en general de otros procesos de organización comunitarios dirigidos hacia las actividades empresariales. Es así que surgen esfuerzos para crear y manejar empresas comunitarias cuyo objetivo es permitir a las comunidades ir más allá que la gestión común de los recursos forestales, realizando procesos de extracción, transformación y comercialización de productos.
Hacia una caracterización de la empresa comunitaria
Dar una definición única de lo que es una empresa comunitaria es una tarea muy difícil y va más allá del alcance de esta ficha. En efecto bajo el término empresas comunitarias se agrupan una gran variedad de formas organizativas como lo demuestra la tabla siguiente que presente tres ejemplos concretos tomados de la realidad guatemalteca:
Cooperativa Integral de Comercialización Carmelita | Asociación Sociedad Civil Árbol Verde | Sacala | |
Forma Legal | Cooperativa | Asociación | Sociedad anónima |
Numero de comunidades y de individuos involucrados | Una comunidad, 156 socios | Nueve comunidades, 344 miembros | Nueve accionistas entre los cuales se encuentran 8 individuales y una organización comunitaria (TIKONEL) que agrupa 258 socios en 13 comunidades |
Actividades realizadas | Gestión de un área boscosa de 54,000ha. Extracción, transformación y comercialización de recursos maderables y no-maderables | Gestión de un área boscosa de 64,000ha. Extracción, transformación y comercialización de recursos maderables | Compra de madera a socios de organización comunitaria, transformación y comercialización. |
¿Es la empresa comunitaria la responsable de la gestión de los recursos naturales? | SI | SI | NO |
A pesar de esta gran diversidad, las empresas comunitarias comparten ciertas características comunes entre la cuales destacan las siguientes.
1. Una relación directa con un territorio específico, sus recursos y su gente
Más que cualquier otra empresa, y sobre todo en el sector forestal, la empresa comunitaria está ligada directamente a un territorio geográfico. Dicha relación se apoya en dos pilares claves:
La empresa comunitaria forestal maneja los recursos forestales que se encuentran en el territorio y es la existencia misma de éstos recursos la que justifica la existencia de la empresa comunitaria: sin recursos no hay empresa comunitaria forestal
La participación dentro de la empresa comunitaria, ya sea a nivel de toma de decisiones, o como mano de obra esta generalmente condicionada con la condición de ser miembro de la comunidad.
Como resultado esto significa que sin los recursos naturales y humanos que se encuentran dentro de la comunidad la empresa comunitaria pierde si razón de existir.
2. Una relación estrecha con el esquema organizativo comunitario
En general las empresas comunitarias disponen de sus propios esquemas organizativos y de toma de decisión. Dichos esquemas responden a las normas y reglas formales que rigen la figura legal que ha sido escogida por cada empresa (por ejemplo habrán diferencias en la forma de funcionar entre una cooperativa y una sociedad anónima). Sin embargo debido a la estrecha relación entre empresa comunitaria y comunidad, muchas veces los esquemas organizativos de la empresa se mezclan con los esquemas organizativos de la comunidad. En el caso de la Cooperativa Integral de Comercialización Carmelita por ejemplo, casi todas las familias de la comunidad son representadas dentro de la instancia de toma de decisiones de la cooperativa. Como resultado los dirigentes de la empresa comunitaria son muchas veces líderes comunitarios y las asambleas de la cooperativa se asemejan a las asambleas comunitarias (con la participación de los mismos individuos pero abordando con temas distintos)
3. Una racionalidad múltiple
Una característica clave de las empresas comunitarias es que la toma de decisiones no se basa solamente en una racionalidad económica como en el caso de las empresas capitalistas que buscan como maximizar las ganancias, el retorno sobre el capital invertido y la relación, beneficios/costos. En efecto, las empresas comunitarias añaden a esta racionalidad económica dos dimensiones suplementarias:
La voluntad de captar la renta que se origina en el bosque El bosque tiene recursos naturales, tanto maderables como no maderables, que pueden ser apropiados y transformados en ingresos económicos. Dichos recursos están entonces al origen de una renta que podríamos calificar de renta forestal. Sin embargo estos recursos no existen independientemente de un contexto humano. Al contrario, se encuentran en los territorios de influencia de una o varias comunidades que han jugado un papel clave en su creación, conservación y multiplicación. Uno de los aspectos que gobiernan el funcionamiento de las empresas comunitarias es entonces evitar que actores externos a la comunidad capten dicha renta forestal. Por ejemplo, en Peten, los esfuerzos para crear empresas comunitarias se presenta como una alternativa a las concesiones forestales privadas. En otras palabras, las empresas comunitarias peteneras fueron la forma adoptada por las comunidades para defender sus derechos históricos sobre los recursos forestales (ver ficha G-6 ACOFOP)
La voluntad de apoyar al desarrollo social de las comunidades Un objetivo explicito de las empresas comunitarias es apoyar al desarrollo social de la comunidad. Concretamente eso se traduce a diferentes niveles. Primero, aparece como una constante en todas las empresas comunitarias que la creación de la mayor cantidad posible de puestos de trabajo es una prioridad. Muchas decisiones en cuanto a inversiones o estrategias empresariales responden a este factor. Por ejemplo, tanto en la Asociación Sociedad Civil Árbol Verde como la Cooperativa Integral de comercialización Carmelita, la compra de aserraderos era una respuesta a la voluntad de aumentar los jornales de trabajo ofrecidos por la empresa para los comuneros (al mismo tiempo que permitía mejorar los resultados económicos de la empresa). Segundo, las empresas comunitarias tienen también como objetivo la realización de inversiones sociales para remplazar los servicios deficientes del estado Es así que muchas veces las empresas comunitarias buscan como ofrecerles a sus socios esquemas seguridad social alternos a los del estado. Por ejemplo, la Asociación Sociedad Civil Árbol Verde contrata para todos sus socios un seguro de vida que le permite apoyar a las familias en caso de muerte. De la misma forma la Cooperativa Integral de comercialización Carmelita, dispone de un fondo para apoyar con los gastos médicos de sus socios cuando estos sufren alguna enfermedad o accidente y de otro fondo para financiar becas de sus estudios tanto para los socios(as) como para sus hijos(as).
Algunas reflexiones a partir de los casos guatemaltecos
1. Una constante tensión entre lógica comunitaria y lógica empresarial
La estrecha relación entre empresas comunitarias y comunidades así como la racionalidad múltiple a la que responden las empresas comunitarias son muchas veces responsables de tensiones entres esquemas organizativos comunitarios y empresariales. Es así que la toma de decisiones y la distribución de responsabilidades dentro de las empresas comunitarias son aspectos muy sensibles. Por ejemplo, en la Asociación Sociedad Civil Árbol Verde y en la Cooperativa Integral de comercialización Carmelita, los puestos de gerente y regente forestal son (o han sido en el pasado) ocupados por personas externas a la comunidad para quienes la racionalidad múltiple de las empresas comunitarias puede no tener sentido por lo que pueden fácilmente entrar en contradicción con los comuneros. Por otro lado, al ser fuertemente influenciados por los esquemas de funcionamiento comunitarios, les empresas comunitarias responden también a las relaciones sociales y de poder que existen dentro de la comunidad. Por ejemplo, el nivel de inclusión de los habitantes de la comunidad en el funcionamiento de las empresas y en la repartición de los beneficios puede ser muy desigual. Esto se vuelve muy importante visto que la empresa no ofrece suficiente trabajo para emplear a todos los comuneros y visto que algunos puestos de trabajo son más interesantes que otros. Saber quién va a ocupar qué puesto de trabajo se vuelve entonces una cuestión que puede ser altamente conflictiva. Esto es particularmente cierto en lo que concierne a la inclusión de algunas categorías de habitantes, como las mujeres o los jóvenes, que históricamente se han caracterizado por tener menos poder en las relaciones sociales dentro de las comunidades.
Sin embargo, la implementación de procesos productivos por las empresas comunitarias en las comunidades puede también influenciar las relaciones de poder pre-existentes dentro de las comunidades y rebalancearlas a favor de los actores más débiles. Por ejemplo, en las actividades de explotación de madera las mujeres tienden a tener poca participación y existe muy poca oferta de trabajo para ellas dentro de las empresas comunitarias. Lograr que las empresas comunitarias se diversifiquen hacia actividades en las cuales las mujeres pueden jugar un papel más protagónico, como lo hizo la Cooperativa Integral de comercialización Carmelita con la extracción y comercialización de xate 1, puede ser un motor importante para el empoderamiento de las mujeres dentro su comunidad, a través de la empresa comunitaria.
2. El problema de la consecución de recursos económicos y humanos
Por sus características propias la consecución de recursos no es una tarea fácil para las empresas comunitarias. Por un lado la falta de capital propio que pueda servir de garantía dificulta la consecución de fondos en el sistema bancario tradicional. Como resultado de ésta situación las empresas comunitarias se tornan hacia otras fuentes de financiamiento. Una fuente posible son las agencias de cooperación internacional que apoyan procesos de desarrollo económico y social. Otra fuente de financiamiento se encuentra en otros actores de la cadena que tienen relaciones comerciales con las empresas comunitarias. Es así por ejemplo que la Cooperativa Integral de Comercialización Carmelita y la Asociación sociedad Civil Árbol Verde financiaron sus aserraderos con adelantos sobre la venta. Aunque esto le permitió a las empresas poder invertir e integrar mas escalones de la cadena, también significa una fuerte dependencia hacia un comprador único, limitando las capacidades de negociación en cuanto a la venta del producto comercializado por las empresas comunitarias.
Por otro lado, un problema muy sentido dentro de las empresas comunitarias es el de falta de mano de obra con conocimientos necesarios para realizar todo el trabajo requerido dentro de las empresas comunitarias. Esto significa que las empresas comunitarias, si quieren privilegiar a los comuneros en los puestos de trabajo que ofrecen, deben de invertir en la formación y capacitación de los habitantes de las comunidades en las tareas que deben de realizarse dentro de la empresa. Las empresas comunitarias invierten entonces muchos recursos económicos y muchos esfuerzos en la formación y capacitación (por ejemplo en el caso de carmelita, 10% de las utilidades va para un fondo de educación). En relación con esta aspecto, el procesos de agrupación de las empresas u organizaciones comunitarias en organizaciones de segundo nivel ha permitido la puesta en marcha de procesos de aprendizaje y capacitación colectivos a través de intercambios y de la búsqueda de alianzas estratégicas para la transferencia de capacidades hacia mas comunidades (Ver fichas G-6 La Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) y G-5 La Asociación de Foresteria Comunitaria de Guatemala: Ut’z Che’).
3. Que indicadores usar para medir el éxito de las empresas
Finalmente, un punto interesante en la reflexión sobre empresas comunitarias es el de la definición de los indicadores que permiten medir el éxito de las empresas. En efecto, debido a la triple racionalidad de las empresas comunitaria, los indicadores de rentabilidad económica usados para medir el éxito de las empresas capitalistas convencionales no pueden ser utilizados para evaluar el trabajo de las empresas comunitarias. Además de estos indicadores se deberían de añadir indicadores más sociales ligados por ejemplo a los cambios en los ingresos de los comunitarios, a los cambios en su nivel de seguridad frente a golpes externos, a la creación de nuevas oportunidades para jóvenes y mujeres. Definir esa lista de indicadores y el peso que se le daría de cada uno de ellos en un proceso de evaluación son cuestiones aun pendientes de resolver.
1 Palma que se utiliza en floristería y horticultura
Barton Bray, D. y Merino Pérez, L. (2004) La experiencia de las comunidades forestales en México – Veinticinco años de silvicultura y construcción de empresas forestales comunitaria, México D.F.: Instituto Nacional de Ecología (INE-SEMARNAT) y Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C.
Merlet, M., Arguelles, L.A., AGUILAR, N. y Santiago, I. (2003) Evaluación económica del proyecto PROCYMAF - Tomo 1: Estudio de las empresas sociales forestales de Oaxaca Informe de misión elaborado por el IRAM para el CIFOR
Monterroso, I. (2007) Informe comunitario sobre los estudios de caso de las concesiones de Petén: Carmelita y Árbol Verde, Informe de proyecto CIFOR/ACOFOP