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Escrito por: Michel Merlet
Fecha de redaccion:
Organizaciones: Institut de Recherche et d’Applications des Méthodes de Développement (IRAM), Association pour contribuer à l’Amélioration de la Gouvernance de la Terre, de l’Eau et des Ressources naturelles (AGTER)
Tipo de documento: Estudio / Trabajo de investigación
Merlet, Michel. Les fonds autogérés de développement: intérêt, enjeux et défis en matière d’appui institutionnels. IRAM. Programme REDEV. Janvier 2006. 28 p.
Traducción del francés al castellano. Dicembre 2016: TRANSLATORS WITHOUT BORDERS, Monique Sarah. Revisión y edición final por el autor. M.Merlet (AGTER).
I. UN APRENDIZAJE SOBRE LA GOBERNANZA, CATALIZADOR DEL DESARROLLO AGRÍCOLA
A.Un instrumento que ayuda a implementar prácticas de « buena gobernanza »
La implementación de mecanismos de fondos de desarrollo auto-gestionados, en cuanto implica un proceso de aprendizaje de la gestión democrática de los recursos comunes, es un elemento clave para reforzar la estructuración de las zonas rurales. No es, por tanto, una intervención más, una operación de distribución de subsidios que se añade a las ya en curso, sino que se trata de una actividad fundamental que tiene como objetivo consolidar la organización de la población rural, para ayudar a los productores a gestionar mejor el manejo de una serie de bienes y recursos colectivos, y al final indirectamente a intervenir con mayor eficacia en la definición de políticas de regulación para el acceso a la tierra y a los recursos naturales.
El examen preliminar de la operación de los fondos de desarrollo auto-gestionados según algunos ejemplos nos permitió evaluar su impacto en el desarrollo agrícola y rural. Las inversiones decididas por las poblaciones a menudo han desempeñado un papel catalizador en el desarrollo rural y tuvieron un impacto inmediato en la agricultura, la ganadería y el nivel de vida de la población rural. Ya sea que se trate de excavación de pozos, de micro-represas, de electrificación, del mejoramiento del acceso al agua potable o del hábitat, se lograron verdaderos éxitos allí donde muchos proyectos clásicos habían fracasado en el pasado. Podemos suponer entonces que es el método utilizado el que ha permitido obtener estos resultados.
Los fondos de desarrollo auto-gestionados le permiten a las personas a las que la pobreza y la situación política han convertido en excluidos recuperar su dignidad, su confianza en sí mismas e iniciar un verdadero proceso de aprendizaje de gobernanza a nivel local. El proceso juega un papel esencial en la creación de mecanismos de « buena gobernanza ». Si definimos la gobernanza como la forma en que la sociedad gestiona el interés general y el bien común considerando los intereses de cada uno de sus miembros, el buen gobierno es aquel que garantiza el mayor equilibrio posible entre los intereses generales / bienes comunes y los intereses particulares, en una relación equitativa. Los fondos de desarrollo auto-gestionados aparecen como instrumentos esenciales para el fortalecimiento de las capacidades de los actores locales. Estos se convierten en un eslabón esencial de los mecanismos de diálogo territorial ascendente que parecen indispensables para superar una serie de cuellos de botella del desarrollo y de la lucha contra la pobreza.
Si las experiencias que hemos mencionado no son suficientes para establecer una tabla satisfactoria de proyecciones y consecuencias de dicho enfoque, si permiten al menos resaltar claramente el alcance de las perspectivas.
El proceso de estructuración de los órganos de gobierno local, en curso en África Occidental (des-centralización y creación de municipios rurales), en América Latina (fortalecimiento del papel de los municipios), el retorno masivo de las reclamaciones de tierras de los grupos « indígenas » en América Latina, en Asia, en África, las de los pastores nómadas de los diferentes continentes y también las de los pescadores artesanales y habitantes de los bosques, la crisis de la gestión de acceso a la tierra y las exigencias para una gestión sostenible de los recursos naturales son todos casos en los cuales un enfoque del tipo fondo de desarrollo auto-gestionado puede ser considerado y adaptado de forma prometedora.
B. Fondos auto-gestionados de desarrollo y capital social
Los dos ejemplos que hemos desarrollado se caracterizan por altos niveles de organización de la población rural. El nivel de organización de los campesinos del Sur de Mali era bien conocido. Encontramos también instituciones de micro-crédito que funcionaban. Los Estados de Rio Grande do Norte y de Pernambuco al noreste del Brasil se caracterizaban por el peso de los caciques locales que controlaban el poder en los municipios, pero había también un poderoso movimiento sindical, presente desde el nivel municipal hasta las Federaciones a nivel de Estados, que fue construido mediante luchas y consolidado en las últimas décadas. Su participación en la gestión de los fondos en los distintos niveles fue significativa, así como la de la Iglesia Católica que ha jugado un papel importante en la estructuración del medio rural.
Allí donde la estructura de las zonas rurales es débil, y donde las necesidades de refuerzo de las capacidades son aún mayores, las reticencias de los donantes de los fondos son considerables. Pero ¿en qué medida se justifican?, y ¿en qué medida no son más la expresión del conservadurismo de los modos de funcionamiento de la cooperación internacional? Esta es una de las preguntas importantes en la que habrá que profundizar en trabajos posteriores y mediante una discusión con los socios del REDEV.
Nuestra hipótesis es que los principios que hemos descrito referentes a la operación de los fondos auto-gestionados de desarrollo se aplicarán con éxito también allí donde los niveles de capital social sean bajos. Los ritmos y los montajes, obviamente, deberán tener en cuenta la situación de partida de la sociedad y no podrán ser exactamente los mismos que los que han dado buenos resultados cuando el capital social es elevado.
C. Un método, y no un modelo aplicable llave en mano
La filosofía de los fondos auto-gestionados de desarrollo es de gran interés y marca una ruptura con las prácticas tradicionales de desarrollo. El método genera una dinámica, gracias al empoderamiento de grandes sectores de población rural pobre, los excluidos, los « sin voz ».
Sin embargo, las metodologías y las herramientas específicas no pueden ser generalizadas mecánicamente. Las diferencias no solo en la estructura social y los mecanismos de gobierno, sino también en las divisiones administrativas y políticas que existen a través de varias regiones del mundo, de acuerdo con la historia, tienen implicaciones directas en lo que se puede esperar de un programa de este tipo.
Se desprende de lo que acabamos de describir que un Fondo de Desarrollo Auto-gestionado no puede en ningún caso ser diseñado como un modelo llave en mano. De ahí la necesidad de una gran flexibilidad en la formulación inicial, sin abandonar por ello los principios básicos que hemos discutido. El pragmatismo deberá ser la regla al momento de la ejecución del proyecto de acompañamiento, un pragmatismo que no excluya, sino que por el contrario, use un enfoque riguroso y científico para analizar la evolución de las zonas rurales. Dotarse de los medios para corregir los enfoques a tiempo es esencial, de ahí la importancia de diseñar fases piloto. La experiencia de países vecinos con condiciones similares puede ayudar a ahorrar tiempo, pero nunca será suficiente para que el programa y las ideas y principios sean en realidad apropiados y usados por los nacionales, y no sólo por las autoridades centrales, sino también por los sindicatos, la población rural y los técnicos locales.
II. ALGUNAS IDEAS Y PREGUNTAS PARA PROFUNDIZAR EL DEBATE
A. El vínculo con el poder político: municipios y desarrollo
Al principio, los programas de « Comunity Driven Development » (CDD) fueron impulsados en Brasil por el Estado y el proyecto del Banco Mundial. Se iniciaron sin la participación de las autoridades locales, provocando a veces protestas por parte de estas. Los proyectos del Banco Mundial los han integrado, pero fijando las reglas del juego e imponiendo que un 80% de los miembros de las FUMAC sean representantes de las comunidades. Los alcaldes tienen hoy en día en general una valoración positiva del mecanismo: están cosechando beneficios políticos, sin tener que gestionar los problemas que generan las decisiones. Pero no siempre fue fácil llegar hasta allí.
En Mali, la transición de la primera fase del FIL a la fase siguiente que definía como prioridad el reforzamiento de los municipios fue acelerada por las exigencias de la cooperación francesa. Si también se estableció un vínculo con los municipios en gestación, los ritmos fueron probablemente demasiado rápidos para que fuera posible extraer lecciones fácilmente transferibles.
Tanto a nivel de las dinámicas políticas de participación en la planificación y en la regulación del desarrollo local, como a nivel del acceso a los recursos, y especialmente a los recursos fiscales, es esencial el vínculo entre los gobiernos municipales y los fondos de desarrollo auto-gestionados.
Esto es, en nuestro modo de ver, uno de los principales aspectos en los que debemos profundizar en los próximos años.
B. El vínculo con las políticas agrícolas
El interés del proceso de los fondos auto-gestionados no debe eclipsar la importancia de la relación que existe entre la posibilidad de reducción de la pobreza y la naturaleza de las políticas públicas vigentes. Lo hemos visto en Brasil, en África, pero también es el caso en Europa.
Son de hecho las políticas públicas las que determinan en última instancia lo que se puede hacer en términos de desarrollo local, y las subvenciones que se distribuyen a través de los proyectos CDD, a través de los « fondos estructurales europeos » o de los diversos fondos de desarrollo local son sólo un aspecto de estas políticas públicas.
Los precios de los productos agrícolas, las desigualdades regionales en términos de clima, de suelos, de acceso al mercado, los problemas relacionados con la estructura agraria y el acceso a la tierra, determinan en gran medida las oportunidades de superar la pobreza. A estos problemas estructurales, conviene dar respuestas de la misma clase.
Uno se puede cuestionar si los mecanismos de los fondos auto-gestionados pueden influir indirectamente en la formulación de políticas de nivel nacional. A este respecto retornamos al concepto de subsidiariedad activa desarrollado por Pierre Calame en « La démocratie en miettes ». (ver la ficha resumen sobre la subsidiariedad activa)
Sería otro tema interesante de trabajo para desarrollar en el futuro.