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Escrito por: Clara Jamart
Fecha de redaccion:
Organizaciones: Association pour contribuer à l’Amélioration de la Gouvernance de la Terre, de l’Eau et des Ressources naturelles (AGTER)
Tipo de documento: Artículo / documento de difusión amplia
I. ¿ Que es un viaje de estudios ?
Un viaje de estudios, o taller itinerante, se compone de una serie de visitas de terreno articuladas con una temática global precisa (por ejemplo: las políticas de tierra, las diferentes formas de regulación local de los recursos naturales, etc.).
Se reúne un grupo de personas, que están acompañados por facilitadores que organizan y guían las visitas de terreno. Cada visita esta acompañada por una persona que conoce el tema, generalmente un agente local que juega un papel decisivo en la entidad que se visita (por ejemplo, un productor agrícola si la visita se hace en su unidad de producción, un líder sindical, el director de una fábrica, etc.).
Es el conjunto de las visitas que, al final, debe ser coherente y tener un significado en relación con la temática del viaje de estudio.
Las visitas pueden también completarse con presentaciones más teóricas, que apuntan a ubicar las visitas en su contexto histórico, político, económico, social o cultural. Estas presentaciones, las hacen por lo general especialistas de las localidades visitadas.
II. ¿ Para que sirve un viaje de estudios ?
A. Para reflexionar sobre su propia realidad, estando confrontado a una realidad diferente
El objetivo principal de un viaje de estudios es de provocar una reflexión de los participantes sobre la temática que se definió por anterioridad. La reflexión se hace dentro del grupo, a medida que se realizan las visitas y las presentaciones. Esta facilitada por las personas que acompañan el viaje. Estas deben orientar la reflexión sin jamás sacar ellos mismos conclusiones en lugar de los participantes y sin forzar el proceso de asimilación de los conocimientos.
Los participantes son originarios de otras partes. No son del lugar que se visita. No obstante, las visitas deben también, al final, hacerles reflexionar sobre su propia realidad. De hecho, resulta muy difícil tener una mirada crítica sobre su realidad, su propia sociedad, su vida cotidiana, o su propia forma de funcionamiento. Haciendo salir los participantes de su ambiente habitual, y confrontándolos a una realidad distinta, en la cual no tienen los mismos puntos de referencia, se logra que vean su realidad de manera distinta, con ojos nuevos.
B. Transmitir sus conocimientos y alimentar una reflexión que siga después del viaje
Al final, los participantes a un viaje de estudios se regresan con una serie de documentos (bajo la forma de textos, de videos, de fotos, etc.) que les ayudan a transmitir los conocimientos y las reflexiones que acumularon a su regreso en su lugar de origen. La idea es que el proceso de aprendizaje no se acabe con el fin del viaje. Los participantes comparten con los miembros de sus organizaciones, con sus colegas, con sus estudiantes, sus empleados, o los miembros de su sindicato, etc., el resultado del viaje e incluso enriquecen el contenido de este material a través de las discusiones y del intercambio.
Los participantes no vienen únicamente como invitados. Tienen desde el inicio un objetivo común, el de construir juntos un material de reflexión y/o de formación.
C. Contribuir a enriquecer los talleres de reflexión
En el caso de AGTER, los viajes de estudios estarán a menudo relacionados con un taller temático de reflexión. Los talleres de reflexión apuntan hacia la producción de contenido para el sitio de recursos documentales. Dicho de otra manera, la reflexión que se lleva a cabo dentro de estos talleres permitirá la producción de fichas de síntesis, de fichas de análisis conceptual o de fichas comparativas que enriquecerán la base de datos del sitio de AGTER.
Se vislumbran dos métodos para producir estas fichas adentro de un taller: el método de síntesis bibliográfico y el método de perfeccionamiento de la reflexión colectiva a través de procesos de participación de varios actores. Los viajes de estudio constituyen una herramienta particularmente interesante y estimulante para este segundo método. Los viajes de estudio forman parte del trabajo de los talleres de reflexión, y permitirán con el tiempo alimentar la base de recursos documentales del sitio Web de AGTER.
III. ¿ Como organizar un viaje de estudios ?
A. La selección de los participantes
Los participantes venir del mismo país, como fue el caso en el viaje de estudio del PIA Francia Cuba, o de países distintos, como se dio en el viaje organizado en Brasil (Rio Grande Do Sul) por la FPH en 2005 sobre la agricultura campesina y para la preparación del Foro Social Mundial.
La dinámica de grupa es más fácil de crear cuando todos los participantes vienen del mismo país, o cuando, por lo menos, hablan el mismo idioma. Sin embargo, cuando los participantes vienen de regiones distintas del mundo, aunque los intercambios sean menos cómodos, resultan ser mucho más enriquecedores. La confrontación de puntos de vista diferentes y de experiencias distintas permite dar más vida al debate y hace avanzar en la reflexión.
En todos los casos, los participantes deben de tener un fuerte interés en la problemática del viaje de estudio. Es en base a su voluntad de invertir esfuerzos y energía que se progresará en la reflexión. Ellos deben también comprometerse a difundir las informaciones y los conocimientos adquiridos durante el viaje cuando estén de regreso a su lugar de origen.
B. La preparación logística y teórica previa
Obviamente, para que un viaje de estudios se desarrolle en condiciones optimas, la logística debe ser muy buena. Las reservas (aviones, trenes, hoteles, restaurantes, etc.) deben hacerse con anticipación, y se recomienda que una sola persona se haga cargo del conjunto de la organización logística y acompañe el grupo durante todo el viaje.
Las visitas se organizan, en la medida de lo posible, de tal forma que el viaje tenga una lógica, y una coherencia propias. Deben necesariamente estar vinculadas entre si y articuladas con la temática del viaje de estudio. Estos vínculos pueden no ser explícitos para los participantes al principio. Es con en el transcurso del viaje que ellos los irán descubriendo. Los facilitadotes deben definir den antemano lo que se espera de cada visita.
¿Porque se visita esta institución o este lugar? ¿Que debe aportar la visita a la reflexión del grupo o como puede orientar el debate? ¿Que queremos mostrar al seleccionar una persona para una intervención? Los organizadores tienen que preguntarse todas estas cosas antes del viaje de estudio, al momento de prepararlo.
Las diferentes personas que el grupo encontrará tienen que estar al tanto del objetivo del viaje y del tipo de presentación que se espera de ellos. Cuando es posible, lo mejor es que los organizadores hagan una visita previa a las organizaciones y a las personas que deben ser visitadas para aclarar estos puntos.
Pero no basta la organización logística. Es necesario también de trabajar desde antes a la preparación teórica del viaje de estudio. Los organizadores y los futuros participantes tienen que comenzar a trabajar juntos a distancia algunas semanas, o incluso algunos meses antes del inicio del viaje. Esto es aún más importante si los participantes no se conocen. Por supuesto, se trata de iniciar una dinámica de grupo, pero también de introducir la problemática del viaje a los participantes, y de insertar el viaje en un proyecto común más amplio.
Si esta etapa no se respeta, existe el riesgo de que el viaje de estudio se convierta en una visita turística. Los participantes se sentirán menos implicados, menos involucrados, y con una responsabilidad menor. Deben entender desde antes de la salida que la reflexión se construirá con ellos, y gracias a ellos. El viaje de estudio no es un fin en sí, existe una fase anterior, (la fase de preparación y de intercambio teórico) y una fase posterior (la fase de transmisión de los conocimientos y de reflexión del grupo).
Los organizadores pueden en algunos casos elaborar un documento preparatorio antes del inicio del viaje, para distribuirlo a los participantes. Además de un planning detallado de las visitas, este documento puede por ejemplo ofrecer una breve presentación histórica, económica, y sociocultural de la zona que será visitada. Puede también presentar aspectos más teóricos, relacionados con la temática del viaje. Por supuesto, este documento tiene que ser redactado en un idioma que cada participante entienda muy bien.
C. La articulación de las visitas et de las reuniones de balance cotidianas
Cada día, el grupo hace una o dos visitas. El objetivo no es de ver la mayor cantidad de cosas posibles. Es visitar estructuras o situaciones representativas de la temática que se aborda. Si el programa de las jornadas es demasiado cargado, las visitas pueden ser contra productivas. Nunca hay que olvidar que un viaje de estudio de este tipo es un ejercicio difícil, físicamente y psicológicamente para los participantes, que se encuentran fuera de su universo cotidiano y sin sus referencias habituales. Los momentos de tiempo libre entre las visitas (durante el almuerzo, la cena, por ejemplo) juegan un papel importante: permiten a los participantes asimilar las informaciones que obtuvieron durante las visitas o las presentaciones, e intercambiar sus impresiones libremente entre ellos, de manera informal.
Además de las visitas y de las charlas, es necesario organizar diariamente una reunión de balance, durante la cual los participantes comienzan a hablar uno después del otro para compartir sus impresiones y explicar lo que recuerdan de las visitas. Estas reuniones permiten también que hagan preguntas a los organizadores o facilitadores, cuando algunos aspectos no están claros. Los facilitadores deben a la vez moderar los debates, y ofrecer pistas para que se pueda ir más allá en la reflexión.
Las reuniones de balance permiten acumular el material necesario para la preparación del documento final y de la síntesis. Es absolutamente necesario conservar el contenido de estas reuniones. Se puede organizar la toma de apuntes, se pueden gravar, o se pueden incluso filmar. Mientras más se avance en el viaje, estas reuniones se hacen más largas y más ricas.
D. La preparación del documento final de síntesis
El documento final de síntesis es la memoria que los participantes traerán de regreso con ellos al final del viaje. Debe rendir cuenta de las visitas, de las presentaciones, pero también de la evolución de la reflexión de los participantes. Tiene que ser lo más claro y lo más pedagógico posible. De hecho, este documento permitirá a los participantes transmitir
los conocimientos que acumularon una vez de regreso a su región. Aún cuando el objetivo de las visitas no haya sido completamente claro para los participantes al inicio, debe aparecer al final el propósito del trabajo. El documento final tiene que reflejar el significado del viaje.
El documento final de síntesis se apoya en las reuniones de balance diarias. Presenta las conclusiones del grupo en relación con la problemática inicial. Tienen que ser los participantes mismos que preparen este documento final de síntesis. Solo así podrán transmitir los conocimientos nuevos que adquirieron. Por lo tanto, es útil prever al final del viaje un momento de balance lo suficientemente largo durante el cual los participantes deciden de la estructura del documento y de la forma que tomará la síntesis final.
Si bien no siempre es posible (en particular por limitaciones de presupuesto) nos parece importante subrayar que el video constituye una herramienta pedagógica particularmente interesante para elaborar este tipo de documento de síntesis. Primero permite traducir con más precisión y facilidad el contenido del viaje, y segundo, resulta ser más fácil de utilizar durante la fase de transmisión de los conocimientos posterior al viaje de estudio.