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Escrito por: Mathieu Perdriault
Fecha de redaccion:
Organizaciones: Association pour contribuer à l’Amélioration de la Gouvernance de la Terre, de l’Eau et des Ressources naturelles (AGTER)
Tipo de documento: Boletín informativo
Durante el presente mes de Agosto, las Naciones Unidas y numerosas ONG han estado informando sobre la evolución de la situación de más de 12 millones de personas que sufren de una falta total de acceso a la alimentación, desde hace varios meses, en el Este de África (en particular en Somalía). Esta situación es terrible. Muchos niños están muriendo en este mismo momento porque sus familias ya no logran darles alimentos: los precios de estos aumentaron mucho y no disponen de los recursos suficientes.
Pensar que esta situación escandalosa se explica por el lugar en el cual nacieron es simplemente inadmisible. Una sequía muy fuerte, al provocar una disminución de la producción agrícola a nivel local y por lo tanto de la oferta de algunos alimentos en el mercado, puede ser considerada como siendo una causa. Pero esto no debe esconder la incuria de los hombres. Somos todos, a nivel colectivo, los primeros responsables del hecho de que la mayoría de los sistemas agrícolas del mundo sean tan vulnerables frente a los fenómenos climáticos extremos, e incapaces de garantizar unos ingresos suficientes a los agricultores y a sus familias.
Somos los primeros responsables de que los precios agrícolas bajen constantemente en el largo plazo, y sufran a veces alzas coyunturales fuertes que suelen explicarse equivocadamente por disminuciones de volúmenes de producción, aun cuando la amplitud de estas no tenga relación alguna con la amplitud de las alzas. Tanto un fenómeno como el otro empobrecen los habitantes del campo, provocando la eliminación de los productores agrícolas, progresivamente o por golpes. El resultado es la existencia de 1 billón de personas que sufren de forma crónica de hambre (habitantes de las áreas rurales en su inmensa mayoría).
Tomemos un solo ejemplo: un informe muy reciente del Panel de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria llama la atención sobre las políticas y los reglamentos que tienen como objetivo en numerosos países (entre los cuales Francia, la Unión Europea, y los Estados Unidos de América …), reemplazar los combustibles fósiles por agro-combustibles. Estas políticas llevan a sustituir en gran medida cultivos alimenticios por cultivos energéticos. Más allá de estas políticas, es la competición directa entre las producciones agrícolas del mundo la principal responsable de las evoluciones de los precios. Es también el producto del accionar de los hombres, el fruto de «políticas».
Tenemos que cambiar de paradigma. Es lo que nos dice con fuerza Robert Levesque, después de hacer una descripción detallada de las implicaciones que tiene para la humanidad el modo de explotación insostenible (minero) e injusto de los recursos naturales qui se esta generalizando ahora. Presentamos este mes el libro «Terre nourricière. Si elle venait à nous manquer» que acaba de publicar y en el cual subraya la dimensión finita de los recursos naturales, su carácter de bien común a escala del planeta, y las repercusiones sobre el clima, la pobreza, el hambre, la paz … de prácticas que responden únicamente al criterio de la rentabilidad financiera en el corto plazo. Es este criterio que necesitamos modificar.
Los desafíos relacionados con el uso de la tierra y de los recursos naturales que contiene, la comprensión de los contextos económicos, políticos y jurídicos actuales, la construcción de propuestas alternativas han sido el objeto central de los encuentros internacionales «Gardarem la tierra y el mar» organizados en Nant (Francia) el mes pasado. Sin duda, reunir físicamente a representantes de movimientos sociales, de comunidades, de investigadores de diversas partes del mundo es útil para avanzar hacia cambios y construir propuestas fuertes y convincentes. Les proponemos aquí un primer informe de algunas actividades de estos encuentros que incluye la grabación de las dos conferencias, una dictada por José Bové (diputado del Parlamento europeo) y Serge Fortier (miembro de los Comités de ciudadanos del valle del Saint Laurent en Québec), sobre el caso del aceite de esquistos en Francia y en Canadá y sobre los despojos de las comunidades rurales y marítimas y la otra, por aGter, sobre el acaparamiento de tierras a gran escala y el papel de las empresas multinacionales.
Pero si bien es indispensable poder reunirse durante unos días para intercambiar ideas, el trabajo de análisis de estos temas solo puede llevarse a cabo a fondo con procesos de mayor duración. Tenemos que tomar el tiempo necesario para exponer y comprender las diversas experiencias, confrontar las representaciones y los análisis de cada uno, deshacer los prejuicios, inventar juntos soluciones. Es aún más importante al estar involucrados en estos procesos personas y organizaciones que provienen de culturas, de grupos sociales, de disciplinas muy diferentes. Para aGter, estos intercambios y estos procesos son los que más pueden contribuir a los cambios que se necesitan.
La asociación aGter desarrolló un método de viajes de estudio que se basa en estos principios (la última reunión temática que organizamos estaba dedicada a presentarlo - pueden encontrar información al respecto y uno de los vídeos producidos durante estos viajes en el sitio web de aGter) y produce constantemente documentos para poder difundir análisis y propuestas (ver la reciente contribución de aGter en la serie de «Fichas pedagógicas para comprender, hacerse buenas preguntas y actuar sobre la tenencia de la tierra en África del Oeste»).
El mundo sufre en primer lugar de la falta de control de la inmensa mayoría de los hombres y de las mujeres sobre las decisiones que nos conciernen a todos. Para estar a la altura de los desafíos, los cambios que se requieren tendrán que nacer de la expresión de voluntades colectivas que trasciendan a las fronteras nacionales, y ser elaborados a partir de verdaderos debates públicos a esta escala. Los intercambios de opiniones, de ideas deben abrirse a todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, aún cuando los promotores de las concepciones de la gobernanza que se aplican ahora estimen que no tienen porque pronunciarse directamente sobre estos temas.
Para aGter, al contrario, peritos y expertos deben de estar sometidos al cuestionamiento del público, y deben aceptar que sus posiciones estén criticadas : las decisiones sobre nuestro futuro común han de ser tomadas por todas las ciudadanas y los ciudadanos a través de un debate colectivo y no únicamente por algunos individuos, cualquiera sean los títulos que ostenten para justificar que deben de ser los responsables. En esta perspectiva, las prácticas y los conocimientos de los propios usuarios de los recursos naturales tienen que ser reconocidos y valorados al igual que los de los «expertos».
Mathieu Perdriault, Encargado de desarrollo, AGTER
Varios
Entre las novedades del sitio web de aGter, ver la transcripción de los principales extractos de la conferencia que la jurista Monique Chemillier-Gendreau dio a petición de aGter en octubre 2009 («¿Puede el derecho internacional contribuir a la construcción de una sociedad mundial mas justa?»), que esta ahora disponible en francés y en inglés. Ofrece una visión muy interesante de los marcos jurídicos internacionales y de sus limites. Con estos análisis, Monique Chemillier Gendreau aportó mucho a la reflexión de aGter.
Los artículos y vídeos que se presentan aquí en Francés, Español e Inglés son distintos.
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